Resultados de la colocación de cámaras de seguridad en el DF
La situación de inseguridad que se vive en todos los estados del país ha llevado a los gobiernos estatales y al Federal a implementar diferentes técnicas para intentar erradicarlo o por lo menos mitigarlo. En el Distrito Federal, la colocación de miles de cámaras de seguridad en “puntos estratégicos” de la ciudad ha sido una de las principales armas contra la delincuencia. Sin embargo poco se logra con la vigilancia permanente sobre los ciudadanos; los crímenes siguen cometiéndose impunemente y en ocasiones son cometidos por los mismos agentes de la policía.
Las camaras de seguridad en el df colocadas alrededor de la ciudad, bien han cumplido su parte del trabajo grabando los cientos de atracos diarios y señalando a cara lavada a los culpables de los delitos cometidos, ha sido el gobierno quien se ha quedado corto a la hora de poner manos a la obra para ponerle fin a la terrible ola de inseguridad que tiene a las personas viviendo una incertidumbre diaria al salir de sus casas.
Tal fue el caso de la sonada noticia del secuestro de un colombiano en las calles del Distrito Federal a manos de un par de integrantes de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), quienes impunemente a plena luz del día detuvieron un automóvil, bajaron a su copiloto con lujo de violencia y luego, con la ayuda de otros individuos, lo subieron a una camioneta que luego salió de la ciudad con el colombiano a bordo sin que nadie hiciera algo al respecto. Por su parte, los policías que contribuyeron con el secuestro, transitaron libremente por las calles de la ciudad hasta llegar a su cuartel, en donde fueron vistos por última vez.
En este tipo de situaciones, las cámaras de seguridad ayudan a darle seguimiento a estos sucesos que de otra manera se pierden en la cotidianeidad de una ciudad monstruo, como han llegado a llamarle.
Aunque se coloquen cientos de dispositivos de vigilancia alrededor de la ciudad y el país, es necesario tener en cuenta que éstos son solamente herramientas para lograr un cambio en la situación que se vive a diario en las calles y en los transportes públicos, si al tener las cámaras de seguridad grabando y funcionando se espera que las personas vayan a dejar de cometer actos vandálicos, se tiene el concepto equivocado sobre el papel de estos dispositivos.
Vemos la ciudad convertirse en lo que años atrás George Orwell llamaría “el gran hermano”.
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