Escrito por: Mariel Hernández Maldonado
El Internet es la ventana abierta hacia la información que no siempre queremos ver pero que ahí está, sucediendo a cada momento, a través de éste portal interminable podemos enterarnos de muchas cosas que antes escapaban a nuestro conocimiento, una de las tantas cosas que hoy tenemos a flor de piel son la cadena de abusos que los poderosos cometen a diestra y siniestra quedando en muchos casos impunes.
Hace unas semanas salía a la luz un lamentable video en el que se captaba a guardias de seguridad privados atacando a un joven conductor de una camioneta sobre Tlalpan, que resultó en la hospitalización del mismo. Más tarde en esa semana salía a la luz un video en el cual un guardia de seguridad propinaba una golpiza a un agente de tránsito por intentar poner la araña inmovilizadora en el auto de su patrón; y para concluir, una semana después se hallaba culpable a un guardia de seguridad de haber matado a tres integrante de una familia por una disputa de herencias.
Estos son solamente algunos ejemplos del daño que causan las empresas de seguridad privada que no se encuentran correctamente reguladas ante la Secretaría de Gobernación (SEGOB), que según datos de la misma secretaría son solamente el 10% de las empresas existentes las que se encuentran correctamente registradas.
El peligro de estos supuestos guardias de seguridad y guaruras no solamente es latente para quienes tengamos a mal encontrarnos con ellos en las calles haciendo algo que no les acomode, sino que cientos de centros de seguridad, bancos y otro tipo de negocios que requieren de los servicios de estas personas ponen en riesgo toda su información, egresos e ingresos al ponerlos a su disposición sin saber de bien a bien de quién se trata y si realmente tiene las facultades para manejar ese tipo de información sin utilizarla para su beneficio personal posteriormente.
Una empresa que realmente está registrada y cuenta con los permisos para operar, cuenta con requerimientos muy estrictos para la admisión de sus trabajadores, pues las empresas que no están reguladas pueden servir de hogar para ex policías corruptos con antecedentes penales que son contratados por su conocimiento de leyes. La Confederación Nacional de Empresas de Seguridad Privada y Similares aseguran que el número de escoltas privados duplica al de policías federales y estatales, por lo que es necesario imponer multas severas a quienes incurran en abuso de autoridad en el ejercicio de tareas de seguridad.
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