¿Qué es el espionaje corporativo?
El espionaje es la práctica de obtener información reservada o confidencial por medio de prácticas encubiertas. El espionaje se ha llevado a cabo por todas las sociedades humanas y es, hasta la fecha, una de las principales preocupaciones tanto para gobiernos como para empresas, bancos y toda clase de organizaciones que operan con base en el secreto o la confidencialidad.
El espionaje corporativo, por ejemplo, es una práctica a la que recurren algunas empresas sin que exista un registro confiable de las ocasiones en que se ha llevado a cabo, y únicamente se cuenta con la información proporcionada por aquéllos que se han visto implicados de alguna manera y que han tomado la decisión, cualquiera que sea el motivo, de revelar este tipo de información.
Pero, ¿qué interés puede tener una empresa en espiar a su competencia? La respuesta es: muchas. Desde secretos industriales hasta planes de negocios y expansión a futuro, una empresa puede obtener grandes beneficios (es decir, ingresos) si accede a datos privilegiados, ya que puede anticiparse a las acciones de sus competidores y, por lo tanto, trazar sus planes de mejor manera.
Una de las estrategias que se han utilizado para el espionaje corporativo es lanzar una convocatoria para entrevistar a ejecutivos de empresas para contratarlos en una nueva compañía, la cual es falsa. El entrevistador procura enterarse de la mayor cantidad de información posible acerca del lugar en que trabajan los asistentes, y si bien no se podrá obtener información sensible como datos concretos, si que se podrá tener una idea clara del estado general que guardan las cosas al interior de la empresa. Esto puede servir para saber en qué área o con qué personas se puede llegar a contar para obtener los datos que se buscan.
Otra manera de hacerlo es acercarse directamente a un empleado de la compañía que se está espiando y ofrecerle un soborno a cambio de la información. Existen casos en los que un solo operador ha realizado numerosos trueques a cambio de dinero, propiedades y favores de todo tipo.
Las sanciones por espionaje empresarial son muy graves, sobre todo porque la mayoría de los ejecutivos de alto nivel firman contratos de confidencialidad con las empresas en que trabajan. Su violación significa, en todos los casos, multas elevadas y costosas reparaciones del daño; en los casos más graves, también puede significar algunos años de cárcel. En cualquier caso, lo más probable es que el espía sorprendido nunca vuelva a trabajar en ninguna empresa de renombre.
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